Alma Montessori somos todas las personas que conforman este proyecto: profesores, familias, infantes, colaboradores, y todas aquellas personas que aportan su grano de arena a esta gran aventura.

Nuestro equipo

"El niño, guiado por un maestro interior trabaja infatigablemente con alegría para construir al hombre. Nosotros, educadores, sólo podemos ayudar... así daremos testimonio del nacimiento del hombre nuevo". María Montessori

Ana Belén

En 2015 comencé mi trayectoria como co-fundadora en este proyecto. Mi aproximación inicial fue como madre que buscaba una alternativa respetuosa para mi hijo de 4 años. En ese momento cursaba la titulación de profesora de infantil y no paraba de hacer cursos que me acercaban poco a poco a este mundo. En la actualidad soy guía de Casa de Niños.

Me perseguía una gran inquietud e interés en creer que había otra forma de acompañar el proceso educativo en los niños. Comencé esta aventura con grandes miedos e inseguridades, pero a día de hoy puedo decir lo feliz que soy al tener la oportunidad de aprender y confiar en cada niño; es un verdadero placer vivir esta gran experiencia. Y como mi inquietud y deseo de aprender no descansa. ¡Hay tanto que aprender del alma de cada niño, que sería una pena no aprovecharlo!

Pedro

Pedro Valenzuela Martínez. Diplomado en Magisterio de Primaria. Guía Montessori AMI de Casa de Niños y Taller. Apasionado de la educación y del ser humano. Todo empieza por observar al niño, conocerlo y a partir de ahí atender sus necesidades de desarrollo como ser humano único e irrepetible que es.

Un auténtico privilegiado de poder formar parte de un proyecto educativo tan humano y respetuoso con las niñas y niños; y afortunado, porque gracias a ellos puedo desprender lo mal aprendido. Son mis maestros del día a día. Construyendo comunidad. Cada niño tiene un maestro dentro, nuestra misión es la de escucharlo y hacer que florezca.

Laura

De pequeños nos preguntan por nuestros sueños, por nuestras inquietudes, por nuestro futuro. Conforme veías la vida en aquellos momentos poco tiene que ver a cuando te haces adulto, todo cambia. Pero como adulto siempre hay un antes y un después y en mi caso vino con la maternidad.

Ese punto de inflexión y de cambio vino cuando tuve a mi primera peque. A la que veo hoy 7 años después, disfrutar de la vida, disfrutar del aprendizaje que se ve favorecido por el entorno y por las personas que la acompañan. Y todo esto aún se afianza más cuando veo a mi segunda peque, tan diferentes como son, pero teniendo cabida ambas en el mismo lugar, en el que se pueden expresar, en el que se las tiene en cuenta como seres humanos en crecimiento, que son escuchadas, que son respetadas y queridas. Y qué mejor que poder formar parte de este equipo que quiere, pretende y hace posible que todo esto ocurra.

Dori

Durante mi crecimiento personal me he dado cuenta que cuidar con cariño y respeto a los infantes es primordial para que su desarrollo sea lo más pleno posible. El poder ofrecerles, desde la educación esta posibilidad, es para mí un regalo, con el que estaré siempre agradecida.

Educar es lo mismo
que poner un motor a una barca…
Hay que medir, pensar, equilibrar…
y poner todo en marcha.
Pero para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino…
un poco de pirata…
un poco de poeta…
y un kilo y medio de paciencia concentrada.
Pero es consolador soñar,
mientras uno trabaja,
que ese barco, ese niño,
irá muy lejos por el agua.
Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes, hacia islas lejanas.

Ana María

Enamorada del mundo, las culturas y la diversidad estudié Turismo, Cooperación para el Desarrollo y Educación Infantil. Formaciones que me han permitido descubrir, trabajar e integrarme en muchos rincones de nuestro mundo, sus gentes, su forma de hacer y aprender.

En todas esas experiencias siento como comunes el amor, el respeto, la paciencia, la libertad y la confianza en y hacia el Ser que somos y como mejor metodología la de “aprender haciendo”.
Si hace 10 años decidí dedicarme por completo a la Educación, desde hace tres añitos ese compromiso se hizo más real, personal y visceral dado que se sumó a mi vida mi hijo Moussa.

Alma Montessori es el proyecto soñado y la combinación perfecta de todos los aspectos anteriores donde poder aportar, crecer y desarrollarme profesional y personalmente y regalarle a mi hijo ese espacio especial educativo y filosofía de vida. Me siento orgullosa, agradecida y emocionada de ser parte de él.

Sonia

Idealista y soñadora. Amante de nuestro planeta Tierra y de su maravillosa diversidad de vida. Vi en la educación y en los niños y niñas el motor de cambio necesario para la construcción de un mundo más justo, más libre y más sostenible.

Ya como docente, comprendí que la educación es un acto de amor —en el sentido más amplio de su acepción— que empieza por reconocer en el niño su condición humana, por respetarlo y guiarlo para que pueda liberar todo su potencial.
Hace unos meses, la fortuna llamó a mi puerta y me ofreció la oportunidad de poder participar de un proyecto educativo con mucha “alma”. Un alma que unifica el sentir y el pensar, donde los niños y niñas son los verdaderos protagonistas de su aprendizaje. Ellos me ilustrarán a diario. La calidez humana de este espacio educativo me hace seguir creciendo y soñando. Porque, como nos enseñó María Montessori:
“La alegría, sentir nuestro propio valor, sentirse apreciado y amado por los demás, sentirse útil y capaz son factores de enorme valor para el alma humana».

Jorge

He tenido la suerte de acompañar a Alma Montessori desde sus comienzos, con una participación activa y entregada, sintiéndome en todo momento parte de ella, siempre ilusionado y dispuesto a colaborar en lo que hiciera falta. Desde la distancia, pero cerca, me he sentido implicado en cada paso de su día a día, observando su evolución y crecimiento.

Cuando Alma Montessori abrió sus puertas, mi hijo mayor formó parte desde el inicio, y así comenzamos un camino incasable de confianza, de trabajo y de satisfacción por formar parte de una educación basada en el respeto hacia la infancia; y comprobando en él los resultados de un acompañamiento basado en el cariño, en el dejar hacer y en la escucha. Mi hijo pequeño tendrá la suerte de disfrutar de este espacio desde los 10 meses hasta los 12 años, lo cuál va a ser una experiencia única y enriquecedora para ambos.

Elena

Este viaje comenzó en mi infancia, cuando jugaba a enseñar y aprendía jugando; ya siendo pequeña, me imaginaba en las aulas dando clase a mis alumnos y alumnas. Así, a lo largo del camino, no dejé escapar oportunidades para conocer otras áreas educativas y formarme en diferentes lugares. En primer lugar, la Educación Social me hizo crecer como persona y, gracias a esta formación, pude viajar a Francia; allí, fue donde descubrí la maravillosa filosofía de la Doctora María Montessori y decidí formarme como Asistente Montessori de Casa de Niños y seguir viajando en busca de oportunidades “montessorianas”; mientras tanto, continué mi formación y realicé el grado de Maestra de Educación Primaria con mención en Educación Especial. Siguiendo la búsqueda y mostrando motivación e interés, encontré el Espacio Educativo Alma Montessori, el cual me acogió desde un primer momento e hizo que, de manera natural, formara parte de mi vida. Este descubrimiento me animó a formarme como Co-guía Montessori de Taller. Asimismo y, gracias a este espacio, tengo la oportunidad de volver a las aulas con un rol diferente, es decir, como maestra y acompañante. He conseguido las expectativas que tenía desde pequeña, aunque con un enfoque diferente: no voy a enseñar, sino a aprehender acompañando a personas íntegras llenas de luz, que son los niños y las niñas.

Lorena

Licenciada en Documentación, la vida me lleva a adentrarme en el mundo de la educación, realizando un Grado Superior en Educación Infantil, el cual, me permite realizar las prácticas en Alma Montessori, un centro que cambiara mi vida, tanto profesional como personalmente.

Su filosofía de vida y el respeto hacia la infancia despierta en mi la curiosidad sobre este método, curiosidad que hace que me forme como Co-Guía Montessori de Comunidad Infantil y Casa de Niños, formando parte de este increíble proyecto desde el curso 2019, con la ilusión de aprender a diario de cada uno de los miembros que conforman esta comunidad educativa.

Cristina

Nací y crecí  en Caracas,  Venezuela.  Allí estudié magisterio. Durante mis prácticas docentes conocí la filosofía Montessori y desde entonces se ha convertido en mi filosofía de vida.

He realizado diferentes cursos y talleres que me han ayudado a seguir formándome y entender mejor el desarrollo del ser humano.
Soy guía Montessori de 0-3 años.
Disfruto mucho de mi día a día aprendiendo de mis pequeños grandes maestros.

Fátima

“The path ahead looks difficult,” said Big Panda.

“No matter how hard it gets,” said Tiny Dragon, “we’ll face it together.”

– Big Panda and Tiny Dragon by James Norbury

We have walked different paths in life and I’m fortunate to walk along with the community that is Alma Montessori. How wonderful to come across this school and the beautiful people putting their hearts into giving the children a space to grow! And although we may encounter some rough patches along the way, one thing is for certain: we will have each other’s support when the time comes. Until then, let’s enjoy the walk.

Paco

Maestro en Educación Primaria y especialista en Música e Inglés. He trabajado como docente durante 20 años en aulas de infantil y primaria llevando a cabo emocionantes proyectos relacionados principalmente con las artes escénicas, las ciencias, la naturaleza y los idiomas.
Apasionado de la educación respetuosa y convencido de la importancia de mantener una conexión total con la naturaleza a través del arte, la música y la cultura para el desarrollo íntegro de la persona.
Desde que empecé mi andadura en la docencia, he estado involucrado en programas educativos relacionados con el medio ambiente y huertos escolares a través de instituciones de ámbito nacional e internacional como Red Ecoescuelas, Comenius o programa Life Europe.

De espíritu aventurero, he recorrido Europa en tren, ha viajado por India, Marruecos, EEUU y durante una larga temporada trabajé como asesor lingüístico y adaptación de juegos educativos en Montreal, Canadá.
Padre de dos hijos, llevo una vida tranquila y familiar. Disfruto de mis paseos por el campo, del surf, los conciertos, el teatro y la compañía de familia y amigos.
De pequeño quería ser astronauta, músico o meteorólogo. Años más tarde, encontré mi vocación enseñando a tocar la guitarra a los niños de la parroquia de mi barrio en Cartagena.
Ahora, observo las estrellas con su telescopio, sigo fascinado con la belleza de ver la curiosidad en los ojos de los niños… y bueno, a veces, aún juego a ser “el hombre del tiempo”.

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