¿Cómo nace Alma Montessori?

Nuestro proyecto ve su luz en Mayo de 2016, con la etapa de 0-6 años, en un pueblo de Cartagena, llamado Miranda. Donde un grupo de 3 familias se juntan para dar cabida a un aprendizaje del niño partiendo de su necesidad, acompañados de la familia y la escuela.

Y tras una puesta en marcha del centro y observación de los niños, finalmente ese grupo de 3 familias se convierte, en el año 2017, en un grupo de 6 profesionales con una mirada a la infancia e inquietudes que se contraponían con lo que experimentaban en lo que la educación tradicional les ofrecía a los niños. Debido a esta inquietud, nos documentamos y buscando una educación que diera preferencia a las necesidades de los niños convirtiéndose en el centro de su propio aprendizaje, decidimos que la metodología Montessori fuera la base donde apoyarnos en esta mirada.

«La cuestión social del niño, muy al contrario, penetra con sus raíces en la vida interior; se extiende hacia nosotros, los adultos, para sacudir nuestra conciencia y renovarnos. El niño no es un ser extraño que el adulto pueda considerar desde el exterior, con ciertos objetivos. El niño es la parte más importante de la vida del adulto. Es el constructor del adulto». María Montessori «El niño el secreto de la infancia»

Durante los años posteriores fuimos creciendo en equipo y en familias, por lo que la necesidad de cubrir la etapa de primaria estaba latente, así que buscamos la forma de cubrir estas necesidades pudiéndolo hacer con NEASC (New England Association of Schools and Colleges).

NEASC es un órgano homologador americano, que busca acompañar proyectos alternativos e innovadores en el campo de la educación, además promueve el uso de la segunda lengua en la escuela. Desde nuestro centro el uso de esta lengua inglesa es integrada de forma transversal en el día a día en todos los ambientes, siendo usada de manera natural en las distintas áreas que conforman el día a día en Alma Montessori, de forma que el infante siente la utilidad del inglés y conoce la dimensión cultural que tiene usarlo.

En 2019 nos trasladamos de ubicación a Pozo Estrecho (Cartagena) y abrimos la etapa de Taller hasta hoy, donde abarcamos desde los 4 meses, aproximadamente, a los 12 años. Con todo ello, escuchamos nuestro corazón, y poniendo la mirada en el infante comenzó nuestra andadura y, hoy por hoy, seguimos desde la presencia aportando nuestro granito en cada uno de los niños y cada una de las niñas y las familias que comparten y hacen realidad la comunidad de aprendizaje Alma Montessori.

«Si prestáramos más atención a las señales e iniciativas de los niños, apoyando su sentimiento de capacidad y competencia, podríamos criar niños más tranquilos con menos problemas, niños que sabrían de manera más precisa qué les interesa y lo que necesitan. Podrían jugar de manera más autónoma. Tendrían una buena relación con sus madres y otros adultos, una relación humana positiva que empieza por la adaptación mutua. Con este tipo de relación como base, la adaptación del niño a la sociedad sería un proceso saludable con menos conflictos. La vida emocional sería más rica y más equilibrada y el ajuste social más satisfactorio. Todo esto eliminaría la necesidad de muchas medidas educativas correctivas y haría innecesaria la intervención somática» Emmi Pikler

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